He sido testigo (¿testiga?) de un milagro.
El tiempo y el espacio son relativos (Einstein dixit). Se expanden y contraen a voluntad, como quinceañeros volátiles bajo la influencia de sus despiadadas hormonas.
El tiempo se contrajo cuando Octubre y Agosto se dieron un tímido abrazo en el regazo de Lego y Pulgón. El espacio se enrolló sobre si mísmo lo justito para que China y Tenerife se acariciaran un rato, en silencio y con sonrisa de lado a lado.
El resultado... lo dicho: un milagro... Donde caben dos, caben tres...
Nadie lo hubiera explicado mejor. Te queremos. Los tres.
ResponderEliminarTi (les) boglio benne tambien... una hartá...
ResponderEliminarFelicidades a esa nueva familia..apostando por la flexibilidad, por seguir creando nuevos espacios y tiempos..abrazos!
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